Esta entrada va dedicada a la
ciudad subterránea que se aloja debajo de las calles de Edimburgo, justo bajo el ayuntamiento, espero que disfrutéis tanto como lo hice yo cuando me contaron la historia.
Como siempre, una breve introducción para situarnos.
Edimburgo, una ciudad cuyo pasado cuenta dos historias muy diferentes, por un lado estaba la capital progresista y culta que prosperaba en la superficie y por otro, el mundo de pobreza y enfermedades que crecía bajo ella.
El espacio era difícil de edificar ya que era limitado y además carecía de cimientos planos. Los constantes ataques de invasores hacían imposible vivir fuera de los muros de la ciudad y las murallas limitaban el espacio para expandirse, así que sus habitantes tuvieron que ser creativos; Los ricos construyeron hacia arriba, creando los
primeros edificios de apartamentos del mundo en el siglo XVI mientras que los pobres lo hicieron hacia abajo creando su mini ciudad bajo las calles. Esta ciudad subterránea sigue ahí y nosotros la descubrimos en una visita guiada hace unos días.
La Royal Mile es la vía principal del casco antiguo, hoy esta llena de vida pero hace 400 años era escenario de los días más oscuros de Edimburgo, en 1644 el último de varios brotes de peste bubónica azotó a la ciudad, era una enfermedad extremadamente dolorosa que provocaba vómitos, hemorragias y forúnculos infecciosos cuya tasa de mortalidad era del 75% y justo ahí, en la zona cero de esta letal epidemia fue donde nos metimos.
Bajo la Royal Mile a unos 25 metros se encuentra la calle Mary king's close, una de las muchas calles enterradas bajo la ciudad, pero en vez de ser rellenada fue sellada y olvidada, hasta no hace mucho.
Este barrio oculto medía 106 metros de largo, aunque actualmente sólo se conservan unos 60, pero esta calle no siempre estuvo enterrada, se encontraba junto a una de las vías principales y a sus lados se encontraban callejones sin salida o closes (recintos) como este, que estaban flanqueados por pequeñas viviendas y tiendas. Se extendían desde la milla colina abajo por la pronunciada ladera de la ciudad en expansión. A los closes se les ponía el nombre de los propietarios de la vivienda que daba a la calle principal, en este caso como es de suponer, la propietaria de la casa junto a este close que daba a la Royal Mile se llamaba Mary. Hoy estos callejones pueden encontrarse por toda la Old Town en la superficie y bajo tierra.
En aquella época estaba abierta al cielo, pero no exactamente al sol ya que los altos edificios que la flanqueaban eran de hasta catorce alturas e impedían la entrada del sol pero para los pobres que tenían la desgracia de vivir en las plantas bajas la falta de sol era el menor de sus problemas ya que entonces no existía alcantarillado ni recogida de basuras, las calles eran ríos de aguas residuales que llegaban a las puertas de las casas, el único aseo del que disponían era un cubo en una esquina de la casa y solo podían librase de la porquería tirándolo a la calle, por la ventana, solían decir "garde loo!" (agua va!) así que si oías eso tenias que arrimarte lo máximo posible a la pared, si no querías una ducha de excrementos. El problema venía cuando llovía, ya que arrastraba toda la porquería que había en la calle y se introducía flotando en las casas de las plantas bajas extendiendo las enfermedades como un reguero de pólvora.
Lo peor es que la gente no sabia como se propagaba la enfermedad, pensaban que se trataban de efluvios invisibles llamados miasmas o que simplemente, era cosa de brujas, fantasmas o espíritus, no se daban cuenta que la inmundicia que les rodeaba causaba los problemas.
En un intento de contener la epidemia los regidores de la ciudad aislaron Mary king's Close. El que enfermaba era puesto en cuarentena dentro su casa, y debía colgar una bandera blanca en la ventana para alertar a los vecinos que en esa casa había un brote de peste. A partir de ese momento nadie podía salir ni entrar en la casa y los únicos alimentos que recibían era de la caridad de las personas que pasaban por delante y dejaban comida en la repisa de la ventana. Eso significaba que los miembros de su familia no tardaban mucho tiempo en contagiarse. Muchos, antes de colgar la bandera huían y abandonaban a su familia ya que era cuestión de tiempo acabar sus días en la casa si se quedaban con el enfermo. A pesar de esto, cientos de personas murieron en las casas y se quedaban ahí hasta que los sepultureros pasaban recogiendo los cadáveres, luego esas casas eran desinfectadas haciéndolas arder pero lo que se conseguía con esto era hacer correr la epidemia ya que las ratas infectadas salían de la casa para meterse en otra.
Se dice que la calle fue tapiada con las familias enfermas que allí vivían, pero realmente tuvo que cerrarse para que la ciudad continuara creciendo, ya que los cimientos no resistirían más alturas en los edificios. También se dice, como no, que
todavía viven allí algunos personajes de la época, como es el caso de Annie, una niña que fue
abandonada por sus padres al contraer la peste. En 2005 durante la visita al close de Aiko Gibo una conocida médium japonesa, explicó que el lugar estaba cargado de voces del pasado, de gritos hirientes, de llanto, de dolor y sufrimiento. Aiko siguió la visita y cuando estaba a punto de regresar a la superficie notó que alguien tiraba de su pantalón, al girarse vio a una niña pequeña, Annie que estaba muy triste porque había perdido su muñeca de trapo, la médium conmovida salió rápidamente a la calle y le compró una muñeca y al dejarla en la
habitación la angustia, el miedo y la pena disminuyeron considerablemente. Desde entonces, muchos de los
visitantes dejan en el rincón en el que se supone habita Annie,
infinidad de juguetes, que son donados a una ONG de ayuda a la infancia.
La verdad es que en esa habitación en la que estuvimos un buen rato mientras nos contaban la historia de Annie, se tiene una sensación extraña, como si se te oprimiera el pecho, cuando se tiene una pena muy grande. Al salir desaparece sin más. Y otro personaje que se pasea por este laberinto es el Señor Chesney, un hombre al que desalojaron de su casa y que se enfadó muchísimo, cuando murió parece ser que se volvió a mudar a su casa hasta nuestros días, es una estancia que se encuentra al final del tour y que no se puede visitar ya que no es segura en cuanto a cimientos y en cuanto a sucesos paranormales, ya que hay un "nivel 3" (los que hayáis leído la entrada de
Sangriento mackenzie lo entenderéis) así que no pudimos entrar pero en la web del close hay imágenes en directo de la estancia a través de una webcam situada allí mismo, desde la cual expertos tratan de estudiar el fenómeno y sacar conclusiones. Si no os da miedo mirar, os dejo el enlace...
Esta es la historia del
Real Mary King's Close, la ciudad subterránea de Edimburgo. Y para finalizar, la foto de rigor en la entrada del mismo.
Otras historias "para no dormir" pero imperdibles las podéis conocer a través de varios tours que ofrece la ciudad de Edimburgo, éstos son algunos:
Por cierto, para los interesados hay horarios específicos en los que los tours son en español. La entrada con 12,50 pounds.
ResponderEliminarYa no se ve la cámara desde el enlace porque pide usuario y contraseña.oooh que pena
ResponderEliminarHe estado buscando otro enlace a la webcam pero de momento sin éxito, parece ser que ya no es público. No obstante seguiré investigando. Gracias por avisar.
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