martes, 22 de noviembre de 2022

Isla de Cramond, Fiordo de Forth

La mañana de este domingo, que por suerte ha sido soleada, nos a permitido ir a explorar la pequeña isla de Cramond, ubicada en el Fiordo de Forth en la costa este de Escocia, cerca de Edimburgo.


La isla es pequeñita, tiene una longitud de 540 m, cubre una superficie de 7,7 ha y actualmente está deshabitada. La peculiaridad de la visita es que puede hacerse a pie y es que cuando baja la marea es posible caminar por el fondo del mar y llegar hasta ella (Isla Mareal). Hay una especie de pasarela que comunica ambos extremos y que es bastante cómoda para cruzar aunque no se construyó precisamente para este fin. La pasarela protege una antigua tubería construida para las comunicaciones con tierra durante la segunda guerra mundial

Es una visita en la cual se ha de tener una buena previsión del horario de las mareas, ya que si no se tiene posiblemente quedes atrapado en la isla unas cuantas horas a la espera de que vuelva a bajar la marea. (La marea sube y baja varias veces al día y muy rápidamente además cubre totalmente esta pasarela que se halla a unos centímetros de altura). Hay un panel informativo y un cartel que indica las horas de las mareas ya que éstas cambian continuamente y no siempre coincide a las mismas horas; también hay una página web donde realizar la consulta:

http://www.pol.ac.uk/ntslf/tides/?port=0034



La distancia que hay que recorrer entre costas es de una milla aproximadamente, es decir 1,5 km. Y de camino hasta la isla, a la derecha se encuentra una hilera de unos grandes bloques de hormigón que forman una barrera y que fue construida en la segunda guerra mundial como protección para que en marea alta no pudieran cruzar los submarinos del enemigo.



Nada más llegar se puede ver restos de estructuras y edificios militares que se utilizaron durante la segunda guerra mundial, cuando este terreno se usó como punto estratégico para la defensa del Firth of Forth. En alguno de ellos, a pesar de que hay advertencias de su peligrosidad es posible acceder como por ejemplo un nido para una ametralladora de 75mm, que si observáis en la foto se pueden ver en el suelo los anclajes.


Más allá de todo esto, subiendo a la cima hemos descubierto un pequeño bosque en el cual, por supuesto, nos hemos adentrado y donde ha habido momentos en que nos hemos jugado el tipo ya que el terreno estaba muy fangoso y prácticamente íbamos patinando, aunque al final ha valido la pena.


Y en las entrañas de este bosque, medio escondida, nos hemos encontrado con esto, unas ruinas de una granja de piedra que aparece en un mapa de la Ordnance Survey de 1853, pero que podría ser considerablemente más antigua. Esta granja se mantuvo habitada hasta la década de 1930 y las ovejas se mantuvieron en la isla hasta la década de 1960.


Al cruzar el bosque, se llega a la costa opuesta de la isla, por ahí nos hemos dado un vuelta buscando conchas, mejillones (que estaba plagado) y demás piedras bonitas. Destacar (ya que habían muchas conchas enormes) que antiguamente la isla fue muy famosa por sus criaderos de ostras, actualmente desaparecidos debido a la sobreexplotación.



Y esta ha sido nuestra mañana de domingo, no nos hemos entretenido mucho ya que la marea empezaba a subir y más vale prevenir que.. mojarse los pies!
Esta imagen muestra como va subiendo la marea y como va desapareciendo el camino.


Espero que os haya gustado. A continuación dejo alguna que otra foto que hemos hecho por la isla.








martes, 15 de noviembre de 2022

Cementerio Old Calton. Edimburgo


La entrada de hoy va de cementerios, en Edimburgo hay varios cementerios muy populares por sus residentes, por la armonía que se respira, sus vistas... pero también por sus historias. Hoy contaré cositas del cementerio Old Calton.


Para que os hagáis una idea, los cementerios aquí forman parte de la vida de las personas "vivas" mucho más que para visitarlos y adornarlos con flores en fechas señaladas, cualquier día soleado se pueden ver los jardines de la ciudad repletos de gente estirada en el césped tomando el sol pero también es muy común que un día de esos vayas a realizar un relajado paseo por el cementerio, hacer un picnic con la familia, pasear al perro o leer un libro tranquilamente junto a una tumba.


El cementerio de Old Calton se encuentra ubicado en la colina de Calton. Cuando se estableció allí, en 1718, la zona era tranquila y poco transitada pero con el paso de los años y tras la construcción de Waterloo Place, en 1819 se modificó, tuvo que construirse una carretera que pasaría justo por el mismo cementerio, así que, tuvieron que exhumar los cadáveres que se encontraban a su paso y llevarlos al interior de lo que quedó como cementerio. Los cuerpos tuvieron que ser recolocados en los pasillos del cementerio por falta de espacio. Empezaron a enterrarse a seis pies de profundidad, hasta que se llenó y tuvieron que realizar una especie de lasaña de muertos, enterrando a otro grupo de muertos a cuatro pies y luego a dos pies. El problema apareció con las primeras lluvias y es que hubieron movimientos de tierra, ésta empezó a bajar y junto a ella los restos de huesos que arrastraba a su paso, así que para evitar que con la lluvia hubieran avalanchas de cadáveres se colocaron unas telas de arpillera que cubrieron con arena, aunque parece ser que a día de hoy no es demasiado eficaz. En esta foto se aprecia la tela a través del camino.


En este cementerio se pueden visitar las tumbas y mausoleos de personajes tan ilustres en la historia como por ejemplo David Hume o el editor William Blackwood.

David Hume fue una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa. Dice la leyenda que el día de su muerte, sus compañeros de la logia masónica entraron en el mausoleo y organizaron una celebración con fuegos artificiales (su mausoleo carece de techo). Desde la ciudad y de noche, ver cómo subían los cohetes y la luz que surgía desde el cementerio dio motivo a comentarios de los habitantes que llegaron a pensar que ni a David Hume respetaban los fantasmas del lugar.

Una curiosidad es que él mismo escribió su epitafio: "Born 1711, Died -". "Leaving it to posterity to add the rest" (Nació en 1711, murió en -. Dejo a la posteridad añadir el resto).



En la Royal Mile hay una escultura suya a la que los estudiantes, en época de exámenes, se acercan y le tocan el dedo gordo del pie para tener suerte. 


Además del homenaje a Hume hay un enorme obelisco dedicado a Thomas Hamilton y un monumento a los soldados Escoceses-Americanos con una estatua de bronce de Abraham Lincoln. Único monumento a la Guerra Civil Americana en Escocia y fuera de América. Y la primera estatua a un presidente Americano en cualquier otro país fuera de los EEUU.



Una de las historias más espeluznantes es la de David Alan, un pintor escocés de la segunda mitad del siglo XVIII. Este pintor (al igual que la mayoría de personas de la época) utilizaba materiales con cobre. Debido al uso continuado de este elemento era muy común padecer catalepsia (trastorno repentino en el sistema nervioso con pérdida de la movilidad y sensibilidad del cuerpo hasta tal punto que parece que el enfermo está muerto) y por aquel entonces las autopsias no eran muy exhaustivas así que muchos de estos enfermos acababan despertando dentro de su tumba. (En las tumbas que trasladaron durante las obras, el 40% tenía marcas de arañazos en su interior) Pues bien, una de estas tumbas era la David Alan y hay quien dice que la agonía pasada hasta su muerte se ve reflejada en su tumba.


A partir de entonces algunos empezaron a colocar campanas al lado de las tumbas. La campana estaba enganchada a una cuerda atada a la mano del muerto que, si despertaba y se movía, la haría sonar y alguien se encargaría de sacarle. La cuestión es ¿se movería la campanita sostenida por un hilo que cruzaba la tierra? Mejor no tener que comprobarlo...

Esta historia y muchas más te las contarán in situ, en el cementerio Old Calton, durante la noche, si te apuntas al free tour de los fantasmas de Edimburgo, una experiencia que no debes dejar pasar.


martes, 1 de noviembre de 2022

Halloween en Edimburgo, una noche diferente!

Llegó el esperado Halloween! Un día de locura! las tiendas de disfraces haciendo su "agosto" y todo el mundo corriendo de arriba a abajo para localizar la mejor indumentaria que llevar para la noche, además de acabar rápidamente el trabajo para poder salir antes de las 17h ya que estos escoceses son muy supersticiosos y es costumbre el día de Halloween salir del trabajo antes de que se ponga el sol.

Nuestro plan para Halloween estuvo muy bien, después de ponernos "guapos" jeje cogimos el bus, en el que la gente no iba disfrazada todavía (imaginad la situación) para ir al punto de quedada, en High St. lugar donde ya se veía algo más de movimiento de brujas, zombis, novias cadáver, etc... y en el que nos pararon alguna que otra vez para hacerse fotos con nosotros.

Allí, al ladito de la Catedral de St. Giles cogimos el sitio que pudimos y nos quedamos para ver el Samhuinn, un desfile muy bonito y además muy especial ya que celebra el fin de año celta. Empezaba en la explanada del Castillo y finalizaba donde nosotros nos encontrábamos.

Samhuinn: 31 de octubre, noche en la que finaliza el año celta y el verano, dejando paso a la estación de la oscuridad, el invierno.

El desfile es de lo más colorido que os podáis imaginar con fuegos, tambores, bailes… todos visten o van pintados (alucinante porque hace mucho frío) de todos los colores y que simbolizan las estaciones de año.
Los que desfilan además de hacer un espectáculo muy bonito cuentan a su vez una historia:
La corte del Rey del Verano (los que van de rojo) está en decadencia después de una estación de excesos y fiestas.




Durante una de esas celebraciones, el Rey del Invierno llega desde el Norte irrumpiendo con su corte (los de blanco).




Los dos Reyes luchan y el Rey del Invierno sale victorioso. La consorte del Rey del Verano se revela como Cailleach, (la portadora del fuego) destructora y creadora. Al final de la batalla, le da un beso de despedida al Rey del Verano, un beso que profetiza su renacimiento en Beltane (en gaélico fuego brillante - sagrado) y que también tiene su fiesta durante la noche del 30 de abril, que marca el inicio del verano.




Después del desfile fuimos a cenar al cementerio de Greyfiards, a ver si con un poquito de suerte veíamos al espíritu de Makenzie, pero no tuvimos suerte aunque nos hicimos una foto en frente de su mausoleo que resultó ser muy interesante (ya la colgaré en otra entrada que no la tengo yo).

Y luego acabamos en el Frankenstein, que es una iglesia reconvertida en un pub - sala de baile un tanto curioso, su decoración que ha respetado su altísimo techo y las vidrieras de la iglesia representa el laboratorio donde se creó a Frankenstein, en el centro hay una pista de baile que puede verse desde las dos alturas que tiene el pub. Lo mejor de todo la música, que es desde temazos de los '80 hasta ahora, "temazos" que cada vez que ponen uno te mueres de risa, además también hay dos pantallas enormes en las que se pueden ver los videoclips de las canciones que están poniendo que ayudan bastante con las coreografías como por ejemplo "Thriller" de Michael Jackson o "I could do" de la peli de Grease. 
No estuvimos mucho tiempo porque hoy 1 de noviembre, aquí en Edimburgo no es fiesta y la vida sigue, aunque hay que reconocer que fue genial entrar y ver a todo el mundo disfrazado.


Por cierto, a las doce de la noche, cada noche (porque aquí se sale cada día, todo está abierto) despierta Frankenstein, en facebook compartí un video de lo que pasa, por si no lo habeis visto... a partir de esa hora la música se transforma en temazos actuales.


Y esta fue nuestra noche de Halloween, una noche diferente!